Si trabajas por tu cuenta, esta guía es para ti. Te explicamos paso a paso cómo darte de alta correctamente, cómo emitir facturas (CFDI) y qué gastos puedes deducir para pagar menos impuestos.
Ser freelancer en México ofrece una libertad increíble, pero también te convierte en el director de tu propia empresa. Una de tus responsabilidades más importantes es la gestión de tus impuestos. Ignorarla puede traer problemas, pero manejarla correctamente te permitirá optimizar tus finanzas.
Aquí tienes la guía básica para empezar con el pie derecho.
Paso 1: El Inicio de Todo – Tu Alta en el SAT
Antes de poder emitir facturas, necesitas estar registrado ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
- Obtén tu RFC: Si nunca has trabajado, lo primero es inscribirte en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
- Elige tu Régimen Fiscal: Este es un paso crucial. Como freelancer, las dos opciones más comunes son:
- Personas Físicas con Actividades Empresariales y Profesionales: Es el régimen tradicional para quienes prestan servicios profesionales de manera independiente (diseñadores, programadores, consultores, etc.).
- Régimen Simplificado de Confianza (RESICO): Una opción más nueva, diseñada para simplificar el pago de impuestos con tasas de ISR muy bajas (del 1% al 2.5%) sobre los ingresos facturados, siempre que no superes los 3.5 millones de pesos anuales. Es ideal para muchos freelancers que inician.
Paso 2: La Herramienta Esencial – Emisión de Facturas (CFDI)
Para que tus clientes puedan pagarte y deducir tu servicio, debes emitir un Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI), mejor conocido como factura electrónica.
- ¿Cómo se emiten?: Puedes usar la herramienta gratuita del SAT en su portal o contratar los servicios de un Proveedor Autorizado de Certificación (PAC).
- ¿Qué debe incluir?: Tus datos fiscales (RFC, nombre, régimen), los datos de tu cliente (RFC, nombre, uso del CFDI), la descripción detallada del servicio, el importe, y el desglose de impuestos (IVA e ISR).
Paso 3: Optimiza tus Finanzas – Las Deducciones Autorizadas
Aquí está la clave para no pagar impuestos sobre todos tus ingresos. Las deducciones autorizadas son todos los gastos estrictamente indispensables para realizar tu actividad profesional. Al deducirlos, reduces tu base de ingresos y, por lo tanto, el impuesto a pagar.
Gastos comunes que un freelancer puede deducir:
- Inversiones: Compra de computadora, software, escritorio, silla de oficina.
- Gastos de Oficina: Renta de un espacio de coworking o de tu oficina, pago de servicios como luz, agua e internet (siempre que el contrato esté a tu nombre y se use para tu actividad).
- Papelería y Artículos de Escritorio.
- Transporte y Gasolina: Si usas tu auto para visitar clientes (debe estar a tu nombre).
- Capacitación y Educación Profesional: Cursos, certificaciones o libros relacionados con tu profesión.
- Servicios de Contabilidad: Los honorarios de tu contador son 100% deducibles.
Regla de oro: Para cada gasto que quieras deducir, debes solicitar la factura (CFDI) correspondiente a tu nombre y RFC.
Tus Obligaciones Constantes
Ser freelancer implica presentar declaraciones provisionales mensuales de ISR e IVA, además de tu declaración anual en abril. Mantener un registro ordenado de tus ingresos y gastos mes a mes te salvará de muchos dolores de cabeza.